Este precioso vídeo de boda tiene lugar en las profundidades de Cantabria, en la finca Rovallines reservada para ocasión que siempre aporta un encanto especial. Para nosotros fue una gozada trabajar aquí. Todo estaba cuidado al milímetro y además hizo un día espectacular de verano. Nuestro equipo rodó además imágenes con drone, que gracias a ser una zona de campo abierto, pudimos captar momentos épicos con los novios.