La boda de María & Eduardo es el claro ejemplo de que aunque el tiempo no acompañe, los novios hacen que el día brille como nunca. Empezamos la jornada en Castro Urdiales, con la ceremonia en la famosa Iglesia de Santa María, y tras una ronda de vinos en la correría de vinos, los 230 invitados acudieron al Restaurante Arenillas de Islares. Allí se sirvieron un montón de pinchos y entremeses de todo tipo y entre cánticos y emociones, el día se convirtió en una fiesta increíble en la que los novios cuidaron todo al detalle. Una de esas bodas en las que todo luce de película, y en la que el vídeo refleja toda esa felicidad en estado puro.